"Los Juegos de la XXXI Olimpíada son para la ciudad de... Río de Janeiro", expreso Jacques Rogge y de inmediato todo fue descontrol absoluto y lágrimas afloraron en la delegación brasileña, con el presidente Lula a la cabeza.
Caras largas quedaron entre los españoles, que perdieron el mano a mano final con Madrid por 66 votos contra 32. Peor la pasó Barack Obama, quien estuvo unas horas en Copenhague y más tarde vio cómo Chicago era eliminada en la primera votación, con 18 sufragios. Tokio fue la segunda en ser eliminada, con 20 votos.
La elección de Río determinó que los Juegos Olímpicos llegarán por primera vez en la historia a Sudamérica. Hacia ese argumento fue Lula en su discurso: "No son sólo Juegos para nosotros sino para Sudamérica, con 400 millones de personas y 170 millones de jóvenes. Se abre una nueva frontera para el COI", dijo.
La historia olímpica, incluyendo los Juegos de invierno, registra 30 Juegos en Europa, 12 en América del Norte, cinco en Asia y dos en Oceanía.
Los gobiernos sudamericanos reaccionaron con una enorme alegría ante la designación de Río. Claudio Morresi, secretario de Deporte y presidente del Consejo Sudamericano del Deporte, elogió la elección de Río: "Todos los países de Sudamérica apoyábamos esta candidatura y estábamos expectantes. Este es un logro muy importante para América Latina y pone a esta parte del planeta en un lugar de relieve. Que todos hayamos hecho fuerza por Brasil no es ni más ni menos que interpretar el sentimiento de los pueblos a los que pertenecemos. Los Juegos representarán mucho para el enriquecimiento del deporte en la región", señaló.
La histórica elección olímpica de Río culminó un proyecto a largo plazo pensado por el olimpismo y la política brasileñas. Todas las fichas se pusieron en los Juegos Panamericanos de 2007 en los que se estrenaron muchas de las sedes que serán olímpicas en 2016. Y además Río, como otras ciudades brasileñas, tendrá al Mundial de fútbol de 2014 como aperitivo de lujo.
En Copenhague, el movimiento olímpico hizo historia. Ahora le toca a Río de Janeiro prepararse a fondo para recibir la antorcha dentro de siete años.
Fuente: Clarin.com